A lo largo de los años he conocido un montón de perros y humanos, pero sin duda hay algunas relaciones canino-humanas que se han quedado impregnadas en mi memoria y solo unas pocas se han ganado mi corazón.
En mi camino como fundadora de ServiCaninos he creado espacios para hablar sobre todo lo que un perro puede hacer por nosotros y cómo ellos se vuelven ángeles de cuatro patas que pueden llegar a salvar nuestras vidas. He convencido a la gente de lo mucho que Pushkin ha cambiado mi vida y que probablemente yo no estaría escribiendo estas líneas si no fuera porque él me ha hecho una mejor persona.
Sin duda casos como el nuestro existen miles y sin duda creo que todos pensamos que tenemos el mejor perro del mundo y que si, todos los que decimos esto estamos en lo correcto. Pero el día de hoy escribiré sobre un caso muy particular que he visto de cerca y que tengo el gusto de compartir con ustedes a través del blog del día de hoy, porque probablemente he encontrado al Einstein de las emociones.
Cuando hablamos de que un perro puede cambiar la vida de una persona que en realidad lo necesita estamos hablando de perros de terapia emocional, que si bien son entrenados exhaustivamente para comportarse correctamente en sociedad, en realidad el arte de todo esto es que lo que deben de hacer y para lo que de verdad sirven no se puede enseñar, más bien es esa hermosa conexión que existe entre un perro y su humano. Un perro de apoyo emocional según la A.D.A (Americans with Disabilities Act) es aquel animal que no es un animal de servicio (como los perros guía o los animales de alerta) pero que realiza tareas de apoyo en ansiedad, depresión, fobias, ataques de pánico, entre muchas otras.
Sin duda es extraño decir que un perro puede quitar o ayudar mejor en el tratamiento de la depresión más que un antidepresivo, pero al final del día resulta que los antidepresivos traen otros problemas como la falta de sueño o sueño intenso, problemas en el metabolismo y dependencia; entonces la idea de que mi perro me llene de babas y mimos no suena tan mal después de todo.
El día de hoy comparto la historia de Duque, un Pitbull de 3 años y su humana Nisdali. Yo conocí a Nisdali y Duque por azares del destino cuando me uní a la asociación NAHUM a dar conferencias de cómo ayudar a los animales y cómo pueden cambiar nuestras vidas si les damos una segunda oportunidad. Al inicio (para mi punto de vista como coach canina) Duque se me hacía un perro completamente desobediente y apapachado por su humana...Hasta que conocí la historia de ambos...
Yo adopte a Duque en un momento muy difícil de mi vida...adoptar a duque me dio una motivación para levantarme y seguir día a día. Lo conocí en una publicación de NAHUM... Los habían dejado en una barrica a él y a varios perritos más, y yo adopte a Duque...esa adopción fue lo que me motivó a unirme a NAHUM
Me llena de orgullo decir que un perro como Duque que tuvo una segunda oportunidad terminó salvándole la vida a Nisdali, quien creía que ella era la que le había salvado la vida a Duque, y que gracias a eso ella ha salvado la vida de muchos otros animales más. Es cierto que un perro puede cambiar nuestra vida y convertirse en la mejor medicina ya que nos da una fuerza de voluntad que creíamos haber perdido.
Tenía que trabajar para pagar sus vacunas y su comida, tenía que levantarme para darle de comer, tenía que levantarme para sacarlo, para bañarlo...
Sin duda el saber que una pequeña criatura indefensa, la cual no puede comer por si mismo o decir que algo le duele y que depende totalmente de nosotros nos hace sacar fuerzas de lugares que no sabíamos que teníamos y hace que esos días donde pensábamos que simplemente sobrevivíamos lleguen a estar invadidos por alguien que nos mueve la cola cada que regresamos a casa, el pensar en lo que nos lastima se convierte en pensar que el perro tiene hambre, el perro tiene que salir y el perro está sucio; esos tiempos tan largos donde nos sentíamos solos y que nadie nos amaba se convierten en que el perro me trajo un juguete, el perro me sigue a todos lados, el perro me mira como nadie lo hace y solo él entiende lo que siento. Y gradualmente cuando menos lo pensamos, esa supervivencia se ha vuelto una vida mucho más agradable.
Pero la pregunta persiste ¿Y qué hace un perro para hacernos sentir menos deprimidos, menos asustados, menos solos? La respuesta...Nada, absolutamente nada, no hay una receta mágica que haga que nos sintamos mejor, simplemente el hecho de que estén ahí en silencio, mirándonos, lamiéndonos y recostándose a nuestro lado hace que las cosas funcionen.
Cuando yo llegaba mal, lo abrazaba y lloraba, se estaba quieto y me apapachaba. Y cuando me han querido llegar a dar ataques de ansiedad y está él, va y me avienta las manos, no me deja estar sola, pone su cabeza en mis piernas y me avienta las manos cuantas veces sea necesario hasta que me calmo
El hecho de que esa criatura llena de pelos y babas esté ahí cuando sentimos que morimos despacio y que nadie más nos entiende, que nos mire fijamente y llegue a sentirse tan mal porque nosotros estamos mal, es lo que en realidad nos hace sentir mejor, y créanme cuando se los digo que me ha costado más de 10 años decirlo y darme cuenta de ello y ese vinculo inquebrantable es lo que hace a un perro como Duque tan especial.
Duque para mi es alguien súper especial aunque me molestan yo digo que es mi hijo, aunque claro no es así... es muy diferente el vínculo pero si lo quiero muchísimo, lo cuido muchísimo como alguien más de la familia... no puedo ni describir el cariño que le tengo, creo que hasta a veces lo harto de que me la paso dándole besos y abrazándolo
Creo que lo he dicho un millar de veces " Un perro nos puede salvar la vida" y sin duda creo que nunca me cansaré de decirlo, no por nada tengo una conferencia con ese mismo nombre la cual es tan emotiva y está llena de testimonios que comprueban que un perro, o cualquier animal en todo caso, puede ser la mejor medicina que existe cuando tratamos con emociones ya que mientras buscamos en este mundo tan extenso quién nos ame, quién nos entienda o quién nos admire, cada día conozco más perros que me demuestran que a veces ellos son la mejor opción. Por ello en el tan esperado "5 tips", aquí van 5 cosas que tu perro piensa de ti y esta vez creamos que es nuestro perro el que nos lo dice:
1. Mi humano es el mejor: Mi humano me ama, y yo lo amo a él, él me da comida, me da caricias, me deja subir a su cama y sus muebles, me comparte de su comida y me saca a pasear, sin duda yo no podría vivir feliz sin mi humano a mi lado porque él es el mejor humano que existe en el mundo, cada que lo huelo llegar mi día se ilumina e incluso cuando a veces viene cubierto de nubes negras, parece que al lanzarme sobre de él estas se disipan y vuelve a ser mi humano, el mejor del mundo.
2. Mi humano es perfecto y lo amo tal cual es: Mi humano huele delicioso, su sonrisa es única, sus caricias son las mejores y me vuelve loco cada que me da un premio y me razca las orejas, estoy seguro que mi humano es todo un rompecorazones, ya que si se ha ganado el mio desde la primera vez que lo vi, todos los humanos deben quererlo igual. Es el mejor arreglándose, deberían ver cómo se ve cada que salimos a pasear, incluso combinamos outfits juntos.
3. Mi humano es un superhéroe: Mi humano me ha salvado de gente mala, me ha dado un hogar y me dio una oportunidad de vivir una vida junto con él, me proteje del frío o del calor e incluso he visto cómo me ha defendido de gente que me ha dicho cosas feas, se levanta temprano para darme comida y pasear un rato e incluso cuando llega cansado o triste juega conmigo un buen rato. Yo se que mi humano puede lograr cualquier cosa y yo soy su fan número uno y se que no hay nada imposible porque él lo puede todo. Siempre lo apoyaré...
4. Mi humano es el mejor maestro: Mi humano me ha enseñado a sentarme, a ser limpio e incluso me ha enseñado trucos, por ello se que mi humano es el mejor maestro del mundo, se que puede convencer a cualqueira de realizar grandes cosas, incluso si eso implica no comer comida deliciosa aunque esté sola en la mesa, es paciente, es alegre y divertido y se que eso hace que sea el mejor en lo que él llama "trabajo".
5. Siempre amaré a mi humano: Conforme crezco sé que no soy el cachorro de antes y he llegado a pensar que no siempre estaré con mi humano o que algún día ya no estaremos juntos, lo cual no significa que estaremos separados, ya que yo he formado parte de una parte de su vida, pero el ha sido y será mi vida entera por siempre.
Te amo muchísimo, te agradezco por haberme dado tanto soporte y apoyo solamente siendo tu y estando para mi...Escudándome y dándome el cariño que nunca pude sentir por parte de otra persona. Te querré por siempre Duque.
Escrito por:
Georgie Cussín. Fundadora de ServiCaninos y The Pushkin foundation
Palabras y testimonios de:
Nisdali Córdoba, humana de Duque y rescatista en NAHUM
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Informes: nahumacdgo@gmail.com.
Fuentes:
A.D.A., American Disabilities act, service animals and emotional support animals ESA'S.
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